El edificio es un ejemplo de la arquitectura civil residencial neoclásica del siglo XVIII, que sirvió de residencia para el cónsul holandés Daniel Gildmeester, responsable de su construcción.
Transformado en un hotel de lujo en 1953, el Tívoli Palacio de Seais combina el estilo y la tradición del siglo XVIII con el confort del siglo XXI. Llama la atención las magníficas pinturas, tapicerías y frescos que decoran las habitaciones y los salones, convirtiendo el hotel en un espacio único.
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