En la isla vecina de Tahití, se encuentra este refugio rodeado de playas de arena blanca, aguas cristalinas y una naturaleza salvaje. El Moorea Pearl Resort & Spa ofrece habitaciones y bungalows ubicados en los jardines, la playa y sobre el agua.
El spa se encuentra en el corazón del resort y está dotado con duchas, piscina de hidroterapia y hammam aunque son los masajes su punto fuerte, práctica fundamental en la medicina, filosofía y vida en la Polinesia desde tiempos ancestrales
El hotel cuenta con dos restaurantes, uno de ellos gourmet, además de un bar, lugar perfecto para tomar un aperitivo por la tarde. Para hacer todavía más idílica la estancia, el hotel organiza desde bienvenidas con flores, frutas y champagne, hasta cenas privadas, masajes, cruceros en catamarán y otras actividades de aventura para parejas.
Incluso el resort cuenta con su propio tatuador para quienes quieran un recuerdo imborrable de sus vacaciones.
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